Hablando en francés e inglés, el Santo Padre explicó que su presencia en la asamblea «es una muestra de estima por las Naciones Unidas y es considerada como expresión de la esperanza en que la Organización sirva cada vez más como signo de unidad entre los Estados y como instrumento al servicio de toda la familia humana».
Asimismo, añadió, su visita quería expresar «la voluntad de la Iglesia católica de ofrecer su propia aportación a la construcción de relaciones internacionales en un modo en que se permita a cada persona y a cada pueblo percibir que son un elemento capaz de marcar la diferencia».
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