
Los apóstoles tuvieron una profunda crisis por la perdida de
un amigo y maestro experimentaron miedo y desaliento.
Pero seguían confiando el la promesa de Jesús de que
al tercer día de su muerte resucitaría y así fue resucitó y
proclamaron la buena noticia.
De esto tenemos que aprender los cristianos a tener fe en
Jesucristo ante las adversidades.
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