“Es esta la voluntad de Dios: darnos la vida eterna visto que la hemos perdido. Para que esto suceda es necesario que Jesús muera, como un grano de trigo que Dios Padre ha sembrado en el mundo. Solo así podrá germinar y crecer una nueva humanidad, libre del dominio del pecado y capaz de vivir en fraternidad, como hijos e hijas del único Padre que está en los cielos”, dijo el Santo Padre.
Reflexionando sobre el Evangelio de hoy, en el marco de su reciente visita a África, el Pontífice hizo notar que “no es más el tiempo de las palabras y de los discursos; ha llegado la hora decisiva, para la que el Hijo de Dios ha venido al mundo; no obstante su alma esté turbada, Él está disponible para realizar hasta el final la voluntad del Padre”.PARA SEGUIR LEYENDO PINCHA AQUÍ
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